Una posición honorable

Me encontré con este fragmento de pensamiento hace unos meses, hace casi cuatro años, cuando tenía un niño de dos años y un casi Un niño de un año me mantiene muy ocupada. Ahora sigo ocupado, de una manera diferente. Esos dos son mayores, pero todavía tienen sus necesidades definidas. Y ahora, al agregar la educación en el hogar y la crianza a la mezcla, se tiene la idea de que la vida sigue expandiéndose para nosotros.

Cuando encontré esta pieza, imprimí una copia y la pegué en mi refrigerador, en el costado justo al lado de la estufa, donde paso mucho tiempo preparando comida para esta familia en constante expansión. Es un recordatorio diario de la por qué detrás de mi profesión elegida . A pesar de la falta de glamour en mi día a día, y en medio de esos momentos de “a punto de arrancarme el pelo si me haces una pregunta más”, esto ayuda volver a centrarme en la belleza de esta temporada de la maternidad. Es útil recordar que el mío no es un lugar de trabajo pesado, sino que se vive sintiendo la belleza de cada momento.

¡Disfrutar! Y, si eres mamá, ¡rezo para que te animes!

“Una posición honorable”

Soy un limpiador de narices que moquean, un refrigerio a la hora de dormir. Soy una experta en las variaciones sensibles del llanto de mi bebé. Y soy un lingüista especialista en el ámbito de la traducción para niños pequeños. Soy el cambiador de sábanas, el administrador de medicinas, el chófer y animador. Soy el que hace la comida y el que limpia la suciedad.

Cuando el mundo es aterrador o doloroso, soy yo a quien acuden en busca de consuelo y un abrazo tranquilizador. Cuando se logra un gran logro, estoy disponible para recibir aplausos y chocar esos cinco. Cada paso es precioso para mí. Cada sonrisa y aplauso. Cada palabra adquirida y cada gramo ganado.

Soy testigo de cada pequeña vida. Por cada pequeño progreso realizado, estoy allí. Soy yo quien tiene los oídos esforzados para traducir los movimientos sutiles que se escuchan en el monitor. Soy yo quien controla la entrada de televisión y protege su mundo. Soy la maestra que les presenta a estos bebés el mundo que los rodea. Soy mamá.

Ahora, muchos ven este papel como menos de diez centavos la docena, porque, después de todo, ha habido miles de millones de madres a lo largo del tiempo. Pero una cosa que hace que mi papel sea único y privilegiado por encima de todo es que soy la única a la que se le ha confiado ser Mamá de estas dos preciosas almas (y de cualquier futuro hijo que tengamos).

Claro, hay días que cansan. Incluso ahora, escribo con una mano, mientras con el otro brazo sostengo a mi bebé en mi regazo. Mis días y mis noches ya no son míos. Durante dos años y medio estuve embarazada o amamantando; Mis estrías son mis heridas de batalla. Mi El propósito del cuerpo era principalmente verter en el de otro sustento. Cada bocado que comí fue calculado y cada medicamento elegido cuidadosamente. ¿Pero cambiaría alguna vez este papel, esta posición en la vida? Nunca, jamás, jamás . (5 de mayo de 2009)

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