Quiero ser como tú

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Estábamos corriendo temprano esta mañana… ¡milagro de milagros! Les dije a mis hijos que fueran a jugar unos minutos mientras yo terminaba de arreglarme, pero mi hija me siguió y dijo con su confianza de cuatro años: “¡Puedo ayudar!”. Cuando solo me quedaba maquillaje, coloqué mis sombras de ojos y le dije que podía elegir los dos tonos que usaría hoy. Con mirada decidida, señaló con su dedo meñique uno y luego otro. Entonces, hoy será lavanda y rosa pálido (porque son brillantes, por supuesto). "¡Buen trabajo, cariño!"

Inmediatamente preguntó si ella también podía usar unos. "¿Por qué quieres usar algunos?" "¡Porque quiero ser como tú!"

Ahora bien, no me gusta mucho maquillarme en las dulces caras de los bebés, pero me encanta compartir estos pequeños momentos con ella, usando un movimiento muy ligero en su párpado... emocionante para ella, pero aún indetectable a simple vista. ¡Todos ganan!

Luego vino el cabello... el mío hoy es solo una cola de caballo. Por lo general, sus rizos muy largos cuelgan, pero hoy quería una trenza… no, espera, “¡Mamá, quiero una cola de caballo para poder ser como tú!” Coletas a juego.

Me encanta cuando ella quiere ser como yo. Pero también me hace sentir humilde cuando pienso en todas las otras formas, en todas las cosas en las que todavía estoy creciendo... donde todavía no lo he dominado. Es tan dulce verla mirarme como si tuviera todas las respuestas, confiar en mí porque siempre he estado aquí... y no hace daño que tenga mis ojos azules y mi cabello rizado.

Cuando ella me mira así, me sigue los talones, ¡me hace querer ser mucho más como mi Padre para que ella también se parezca más a Él! Le transmití el cabello y los ojos... y el amor por el canto... y el amor por la belleza de Dios. Pero Dios nos transmite Su Espíritu… Su amor… Su gozo… Su paciencia y paz… Su mismo yo. Él no se reprime ni se asusta de que sus hijos crezcan y se parezcan a él. Ese es el deseo de Su corazón.

¡Señor, que sea mío! Déjame parecerme tanto a Ti que no tema que mis hijos se parezcan a mí. ¡Porque, al seguir mi ejemplo, oro para que ellos realmente sigan el tuyo!

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