Hemos olvidado quiénes somos.
Nos enfrentamos a una crisis de identidad. Y la razón es muy sencilla: Hemos olvidado que es el mismo persona de dios que nos define. Quién es Él habla de quiénes somos. Entonces, cuando se resiste a Dios, se lo rechaza, se lo ignora, se lo considera imaginario… ahí es cuando permitiremos que cualquier cosa menos Él defina nuestro ser más profundo.
Aquí, en esta nación que nos gusta llamar la “Tierra de los Libres”, hemos expulsado a Dios de la plaza pública. Lo empujó a la periferia. Rendidos a la relatividad en nombre de la tolerancia.
Y muchos de nosotros hemos olvidado que es la misma Presencia de Dios la que nos define.
Es no las opiniones de los demás que nos definen.
…O preferencia sexual.
…O desempeño pasado o planes futuros.
…O situaciones presentes o circunstancias desesperadas.
…O carreras o estados sentimentales.
La definición misma de identidad está bajo escrutinio en nuestra nación. ¿Qué significa ser humano? ¿Para casarse? ¿Ser padre? ¿Ser hombre o mujer? ¿Ser un seguidor de Cristo? ¿Ser libre?
David no tuvo reparos en quién era y cómo se definía, ya sea en sus momentos más bajos o en sus cimas más altas. “El Señor me trató conforme a mi justicia; según la limpieza de mis manos me recompensó”. (Salmo 18:20) He luchado con estas palabras – esta declaración de estar en lo correcto ante Dios – porque sé que no soy inocente. Conozco las luchas internas de mi corazón, los muchos fracasos diarios que enfrento.
Sin embargo, en mis luchas, Dios me ha recordado que mi justicia no tiene nada que ver con mi pasado . Tiene todo que ver con el sacrificio hecho por mí cuando todavía era pecador, el sacrificio que Dios hizo por mí. ¡Para mí! ¡Para ti!
Simplemente no puedo superar el hecho de que Dios me ama (¡y a ti!) incondicionalmente. En medio de mi desorden, cubierta por el hedor de mis elecciones arraigadas en el orgullo, todas las veces que he buscado cualquier cosa menos Él para definirme – ¡Él todavía ama plenamente! ¡Se abraza por completo! Yo... y tú... justo donde estamos en este momento.
Pero Él no nos dejará allí.
Este Dios que nos ama apasionadamente nos creó para un momento como este. Él nos concibió en Su mente antes de que fuéramos concebidos en cuerpo. Y Él nos invita diariamente a dar pasos para convertirnos en las personas para las que Él nos diseñó.
Entonces, cuando estamos en el ataque, enfrentando otro ataque contra la esencia de quiénes somos, al entrar en Su Presencia es donde podemos encontrar la verdad que trae libertad.
Cuando miramos lo que hacemos y pensamos que es lo que somos, ¡nos hemos perdido una realidad crítica! Lo que hacemos surge de quiénes somos, y quiénes somos está definido por Aquel que soñó con nosotros, nos creó y está listo para asociarse con nosotros para vivir esta vida auténticamente, con amor, verdad, abundancia y libertad.