Sentí que Dios me despertó esta mañana a las 5:30 am para decirme algo. Es que a veces no prestamos atención a las cosas más pequeñas. Me dio Juan 12:47-50: "Si alguno oye y no las guarda, yo no lo juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene un juez; la palabra que he hablado lo juzgará en el día postrero. Porque no he hablado por mi propia cuenta, sino que el Padre que me envió mismo me ha dado un mandamiento: qué decir y qué hablar. Sepan que su mandamiento es vida eterna. Lo que digo, por tanto, lo digo como el Padre me ha dicho."
http://bible.us/John12.47.ESV
He descubierto que muchas veces llegamos a este texto para probar el hecho de que Jesús hizo todas las cosas que hizo y dijo todas las palabras que dijo, no con Su propia autoridad, sino con la Autoridad de Dios, el Padre. Una cosa que me resulta extraña es que nos saltamos lo que Jesús dice: "que su mandato [el de Dios el padre] es vida eterna". Esto es enorme, con la autoridad de Dios Padre, y siguiendo lo que el Padre le dice que haga, dice a la existencia que el mandato de Dios Padre es vida eterna.
Piénselo, los mandamientos de Dios son las leyes que tenemos que seguir para tener una relación con Él, ¿verdad? Si Él no puso el listón lo suficientemente alto con los primeros diez y luego con los más de 300 mandamientos, pruebe con este para ver el tamaño. Él quiere que tengamos vida eterna. No creo que Dios alguna vez pensó que podríamos lograrlo. Lo que pienso es que Dios, como el padre perfecto que es el suyo, quiere estar con nosotros, sus hijos, para siempre. Siendo el Dios justo y omnisciente que es, sabe que si llegamos a su presencia en el estado injusto en el que nos encontramos, seríamos aniquilados. El problema es que la deuda que tenemos debido a nuestro pecado es demasiado grande para que la paguemos. Pero como Jesús cumple con los requisitos, Él paga la nuestra y luego purifica nuestra injusticia para que podamos obedecer este mandamiento.
Vida eterna, es genial ser parte de ella. La mayoría de nosotros consideramos que el lavado de manos y algunos de los mandamientos rituales no son emocionantes, pero a mí puedo entusiasmarme mucho con eso.
Recuerde, Dios no nos dio mandamientos para mandarnos o para jugar con nosotros y reírnos cuando erramos el blanco. Nos estaba mostrando que sólo alguien perfecto como Él, o Él mismo, podía presentarse ante Él sin ser aniquilado. Simplemente les indica a todos que necesitamos un salvador, que no podemos hacerlo sin Su ayuda. Lo único que Él siempre quiso fue que nos acercáramos a Él para que Él pudiera amarnos. Recuerde que todo fue posible gracias al Hijo, Jesús, Jeshua, el Mesías, que murió por nosotros.
Esta última parte es para todo aquel que no ha nacido de nuevo, Juan 3:3-6 NVI
"Jesús le respondió: De cierto, de cierto te digo, que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios." Nicodemo le dijo: "¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? Jesús respondió: De cierto, de cierto te digo, que el que no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, y lo que nace del Espíritu es espíritu."
Si no conoces al Señor Jesús como tu Señor, tómate un momento para buscar en lo profundo de tu corazón y escuchar la dulce voz del Espíritu Santo. Si escuchas a Dios pidiéndote que estés cerca de él, que vengas a él para poder amarte, debes nacer de nuevo. La forma de hacerlo es simplemente con tus propias palabras, confesando que no puedes vivir a la altura de la perfección, que tienes defectos y pidiéndole que te purifique mediante la sangre de Jesús. Otra parte crucial es pedirle a Él que tome las riendas desde aquí, que se haga Su voluntad. Entrega tu voluntad por la suya, como en la oración de Jesús, hágase tu voluntad en la Tierra como en el Cielo. Acéptalo, abrázalo, disfruta del Amor de Dios. Derramo bendiciones sobre ti y le pido a Dios que derrame Su amor sobre ti mientras vives en Su voluntad a partir de este día en adelante.
PD: nunca lo harás bien, nunca serás perfecto, seguirás pecando, pero si siempre regresas a Él pidiendo Su voluntad, esos pecados serán cada vez menos y seguirás pareciéndose más a él. Dios los bendiga.