Has realizado una lluvia de ideas, redactado y revisado. Ha llegado el momento de editar.
Primero, intente editar el manuscrito usted mismo. El método más eficaz que he encontrado para utilizar durante la autoedición es leer mi manuscrito en voz alta. Algo hace que nuestra mente tenga una conciencia más presente cuando hablamos de lo que vemos. Es más fácil detectar los defectos y perfeccionar la cadencia de nuestro mensaje. Ir lentamente. Su paciencia se verá recompensada con un manuscrito mucho más limpio.
Sin embargo, la autoedición sólo llegará hasta cierto punto a la mayoría de los escritores. Hay un último paso que debemos dar. Permita que otra persona lea su trabajo. Sí, esto puede resultar inmensamente vulnerable.
Esta tarea no es simplemente compartir su mensaje por todas partes (¡todavía!). Esto es pedirle a otra persona que brinde una crítica útil sobre el mensaje en el que usted ha trabajado durante meses o incluso años. Esto puede parecer increíblemente personal, por lo que debes encontrar a alguien en quien confíes.
Hacer que amigos y familiares lean su manuscrito puede ser de gran ayuda para asegurarse de que el mensaje que espera transmitir se transmita de manera efectiva. Es útil preguntarles: ¿Tiene sentido?
Pero, eventualmente, también necesitarás incorporarasistencia profesional . Querrás a alguien que sepa qué buscar; Alguien con ojos nuevos que pueda ver tus palabras con una claridad increíble. Nunca se sabe cuándo habrás insertado mentalmente una palabra en un texto que en realidad no está impreso.
Los ojos frescos son de gran ayuda. Y son absolutamente necesarios si tiene la intención de avanzar al siguiente paso de publicación.