Al escribir un libro, comience con una lluvia de ideas para ayudar a organizar sus ideas. Al principio, tus pensamientos pueden ser un lío. ¡Eso está perfectamente bien! Simplemente anota tus ideas y verás cómo empiezan a tomar forma.
Hay varias formas de comenzar a organizar sus notas. A lo largo de los años, he utilizado métodos como la escritura libre, los esquemas y las redes. La escritura libre es muy parecida a lo que parece: escribir libremente sin obstáculos ni autocrítica. La mayoría de mis libros comenzaron con la escritura libre. Al abrir un nuevo documento, empiezo a escribir cualquier pensamiento que tenga. A veces esos documentos permanecen macerados durante meses o años antes de que esté listo para trabajar en ellos. Otras veces, me lanzo de lleno. Pero la escritura libre me permite expresar mis pensamientos de una manera cruda y auténtica. A partir de ahí, me resulta mucho más fácil ver si una idea merece un libro completo o si sería mejor presentarla en un formato más corto, como una publicación de blog. Los esquemas, por otro lado, están increíblemente estructurados y me permiten ver fácilmente lo que hay que completar o desarrollar. Si bien la escritura libre me permite expresar pensamientos arremolinados, los esquemas me ayudan a comenzar a ver dónde encajan esos pensamientos. Son mi método de referencia para la preparación de libros.
Sin embargo, en ocasiones utilizo las redes como herramienta organizativa. Por ejemplo, las correas me ayudaron a determinar las secciones básicas de mi primer libro. En el centro de una página, dibujé un círculo y puse el título del libro dentro. Luego, dibujando varios círculos rodeando el centro, y uniéndolos con líneas, escribí los puntos principales, un punto por círculo. Estos puntos principales se convertirían más tarde en los capítulos de mi libro. A los escritores a veces les cuesta determinar de qué debería tratar cada capítulo. Como en mi ejemplo anterior, después de considerar el tema singular de su mensaje, analícelo en partes, sus puntos principales. Quizás cada sección sea independiente y tenga su propio valor que ofrecer. O bien, cada punto puede fluir hacia el siguiente, lo que permite un orden de capítulos fácil de ver. Sea como sea, recuerda que este proceso es fluido. Si, mientras escribes, descubres que es necesario cambiar los capítulos, eso no es un problema. Es simplemente parte del viaje.