Fue un poco incómodo sentarme frente a mi mejor amiga, quien recientemente se había acercado a nosotros y le había dicho que Dios podría estar preparándose para reubicar a nuestra familia. La idea de partir trae consigo una mezcla de emociones. Anticipación. Excitación. Tristeza. Dolor. Preguntarse.
Siempre estaré agradecido por la sabia respuesta de mi amigo. Ella pudo reconocer la tristeza que sentía personalmente ante la posibilidad de que nos mudáramos y aun así describir bellamente el buen trabajo que Dios está haciendo.
Estamos siendo desatados.
Lo que puede parecer aterrador e incómodo. Pero hay una temporada para plantar y una temporada para arrancar. Estar enraizados nos permite madurar, llenarnos de nutrientes y alcanzar la plenitud de nuestra capacidad en un solo lugar. Estar plantado es bueno y necesario para crecer.
Y, sin embargo, liberarse tiene su propia belleza porque brinda libertad para moverse según la voluntad de Dios. Trae preguntas que profundizan nuestra confianza en Él para liderar.
Cuando Dios le dijo a Abram que "Vaya", Dios no le dio ninguna dirección específica sobre adónde ir hasta que Abram levantó las estacas de su tienda.
Cuando planifico un viaje, como sabrán otros planificadores, me gusta saber adónde voy antes de partir. Quiero saber la forma más eficiente de llegar a mi destino. ¿Hay obras que causarán un retraso? ¿Existe una opción más rápida? Me gusta examinar el mapa y tener en mi mente la imagen completa.
Pero en este caminar con el Espíritu, el destino no es la meta. Caminar con Él lo es. Son esos retrasos e interrupciones imprevistos los que nos siguen haciendo madurar. Es esa confianza diaria en que Él nos dirija lo que profundiza nuestra relación.
La eficiencia no es necesariamente el medio ideal de viajar: la confianza sí lo es.
Abraham tuvo que irse antes de saberlo. Así es para nosotros ahora.
¿En qué tipo de temporada estás ahora? ¿Es un momento para que usted excave profundamente sus raíces en el lugar donde se encuentra? ¿O es tiempo de ser desarraigados por otro propósito? Si estás en tu propia época de desatadura, ¿cómo puedes confiar en que Dios te guiará a través de territorio desconocido?